La tierruca es un tesoro natural del que todos los cántabros nos sentimos muy orgullosos. Por lo que proteger este entorno único no es solo tarea de los ecologistas, sino una responsabilidad colectiva que toca todos los aspectos de nuestra vida, incluso la forma en que gestionamos nuestros vehículos al final de su vida útil.
Y en esto tiene mucho que ver una figura que históricamente ha sido malentendida: los desguaces. Lejos de ser un simple cementerio de chatarra, como muchos piensan, en los últimos años, estos lugares se han transformado en piezas fundamentales y de alta tecnología en la maquinaria de la economía circular y la ecología.
De hecho, un desguace en Cantabria esel primer eslabón en el proceso de reciclaje de un vehículo, un ‘centro de descontaminación’ esencial para la sostenibilidad local.
La barrera de protección ambiental: descontaminación obligatoria
Por si no lo sabes, antes de que un coche pueda ser desmontado o triturado, existe un proceso importantísimo y legalmente obligatorio: la descontaminación. Este paso es vital para proteger los suelos sensibles y las aguas de nuestra tierra.
Porque un vehículo fuera de uso (VFU) no es una simple chatarra, es un cóctel de residuos peligrosos si no se maneja correctamente. Hablemos de cifras: un coche medio contiene entre 10 y 30 litros de líquidos altamente contaminantes que no deben, bajo ningún concepto, filtrarse a la tierra o terminar en nuestros ríos y costas.
Los Centros Autorizados de Tratamiento (CAT), nombre oficial de los desguaces, son los responsables de extraer y gestionar los aceites usados del motor y caja de cambios, los líquidos de frenos, el anticongelante, los fluidos del aire acondicionado y el combustible. Productos estos que luego son enviados a los gestores autorizados para su tratamiento o valorización.
También retiran elementos tóxicos como las baterías (que contienen ácido y metales pesados), los filtros de aceite y combustible, y los catalizadores.
En pocas palabras, los desguaces locales actúan como un filtro ambiental, asegurando que estos residuos extremadamente contaminantes no comprometan la calidad del agua ni la fertilidad de las tierras. Esta es, sencillamente, la primera gran contribución ecológica de estos centros.
La receta cántabra para la economía circular
Pero, como bien sabes, la sostenibilidad se basa en alargar la vida útil de los recursos, y aquí, el motor y el recambio de segunda mano juegan un papel protagónico indiscutible. Una de las principales funciones de un desguace es hacer posible la reutilización de piezas funcionales, reduciendo la necesidad de fabricar nuevos componentes.
Cuando un vehículo llega a un desguace, las piezas en buen estado, como el motor, la caja de cambios, los faros, las puertas y la centralita, se catalogan y se ponen a la venta. Esta reutilización masiva tiene un impacto directo en la reducción de la demanda global de materias primas y permite que se ahorren recursos. No olvides que la fabricación de una pieza nueva (por ejemplo, un alternador) requiere minería de metales, energía para fundición y transporte transcontinental. Pero al reutilizar un componente, se evitan todos estos procesos.
En tal sentido, comprar un recambio de desguace, como los motores Mercedes ML segunda mano, es un acto de consumo responsable que apoya la reducción de la huella de carbono de la industria automotriz.
El desguace como centro logístico y tecnológico
Que sepas que la eficiencia ecológica de un CAT se fundamenta en la tecnología que utiliza y en la logística que aplica. Hoy en día, el proceso de despiece de cualquier vehículo está meticulosamente organizado y controlado por ley.
Los desguaces ya no dependen de la gente que se acerca a preguntar por una pieza. La realidad es que están integrados en redes de venta online que permiten a cualquier persona o taller de Laredo, Torrelavega o Santander encontrar el recambio exacto que necesita. Esta digitalización de su stock es clave porque aumenta:
- La eficiencia de la reutilización: cuanto más rápido y fácil se encuentra y vende un recambio, menos tiempo permanece inmovilizado y mayor es la tasa de reutilización del vehículo.
- La transparencia: al estar interconectados, estos centros ofrecen trazabilidad, conociendo el origen del coche y la fiabilidad de la pieza.
Es más, la venta online a través de redes especializadas garantiza que cada componente utilizable tenga la máxima oportunidad de ser reutilizado en cualquier punto del país. De forma que, si tú estás buscando un desguace Volkswagen Beetle no tendrás ningún problema en conseguirlo muy fácilmente, sin necesidad de visitar varios de estos lugares.
Contribución a la seguridad vial y al retiro ordenado
Por último, el desguace cumple una función social de seguridad vial: retirar vehículos inseguros y contaminantes.
La legislación obliga a retirar de la circulación todos aquellos vehículos que han sufrido un siniestro total o que han superado su vida útil, convirtiéndose en un riesgo por su falta de seguridad o por sus altas emisiones contaminantes.
Llegados a este punto, el CAT asegura el retiro legal y responsable de estos automóviles que ya no cumplen con los estándares de seguridad y emisiones, depurando el parque automovilístico.
También son los encargados de emitir el Certificado de Destrucción (necesario para dar de baja definitiva en la Dirección General de Tráfico), garantizando así que el vehículo fue eliminado de forma ordenada y evitando que acabe abandonado en una cuneta o que se venda ilegalmente a mercados menos regulados.
En conclusión, es hora de cambiar nuestra percepción. El desguace es mucho más que un negocio; es un agente de cambio ambiental. Desde la estricta descontaminación que protege nuestras rías y montes, hasta el fomento de la economía circular mediante la venta de recambios, su trabajo es esencial para la sostenibilidad de nuestra comunidad.
Reconocer y apoyar esta infraestructura de reciclaje es un paso firme hacia un futuro más verde y responsable en la tierruca.
