Valencia será la sede la próxima semana del gran encuentro liberal-conservador organizado por European Reform Movement (New Direction). Pero, más allá del prestigio de los ponentes internacionales, el foco se ha desplazado hacia uno de los asistentes más polémicos: Iván Espinosa de los Monteros.
Espinosa llega al foro en plena campaña de recolocación personal, buscando altavoz político tras haberse desmarcado de VOX y haberse acercado ahora a los diputados que dejaron tirado a Alvise Pérez en cuanto estallaron sus problemas judiciales por presunta corrupción.
Un gesto que muchos interpretan como la enésima muestra de oportunismo del exdiputado, decidido a cambiar de chaqueta tantas veces como sea necesario para recuperar foco mediático.
Su participación se producirá además en un espacio ideológico que desmiente el discurso que quiere vender: el encuentro cuenta con la presencia del grupo ECR en el Parlamento Europeo, donde milita Fratelli d’Italia, el partido de Giorgia Meloni, heredero directo del MSI (Movimento Sociale Italiano).
Es decir, un grupo mucho más identitario, soberanista y socialmente conservador de lo que Espinosa intenta aparentar cuando habla de “liberalismo europeo” para vestir su nuevo proyecto personal.
Mientras expertos consolidados como Procaccini, Mancarrón, Nistal u otros referentes reformistas acuden al foro con propuestas claras, la presencia de Espinosa queda ensombrecida por la percepción generalizada de que sólo busca rentabilizar cualquier escenario ajeno para intentar erosionar a VOX desde fuera.
Valencia será, durante unos días, el centro del debate europeo; pero la intervención de Espinosa amenaza con convertirse en la nota discordante de un evento serio, marcado por su intento desesperado de volver a ser relevante aunque sea traicionando a unos y arrimándose a otros según le convenga.





