Titular: EL BALLET JUNIOR DE LA ÓPERA DE PARÍS, ABRE EL FIS ACTUALIZANDO LA DANZA CLÁSICA
Actuación: BALLET JUNIOR DE LA ÓPERA DE PARÍS
Género: Danza
Dirección: JOSÉ MARTÍNEZ
Programa: “Allegro Brillante”, Balanchine; “Cantante, Béjart; “Réquiem por una Rosa”, López Ochoa y “Mi Favorita”, Martínez
Crítica: El iniciar la 74 edición del Festival Internacional de Santander (FIS) con el Ballet Junior de la Ópera de París, no deja de parecernos, además de una oportunidad artística, un simbolismo de cómo conquistar el futuro de la muestra que cumplirá el próximo año sus bodas de platino, 75 años. Con el liderazgo de la nueva dirección, capitaneada por Cosme Marina, con el respeto a lo tradicional y sus autores, buscar nuevas tendencias. En una palabra estar a la última de la actualidad de los movimientos, dentro de la música y las artes escénicas. Además de acentuar la presencia del FIS en todo tipo de órganos de comunicación.
En cuanto a la gala inaugural, con nuestras primeras autoridades dando fe. Entender que en el escenario se dieron cita, quizás los mejores bailarines jóvenes del mundo; atraídos por la historia del Teatro de la Ópera de París, este edificio se convirtió en un monumento del París eterno. Poseedor de una de las mejores escuelas para talentos. Pero también puliendo su arte bajo la dirección de quien fue una de sus grandes estrellas, su primer bailarín, el español, José Carlos Martínez. Posteriormente fue director del Ballet Nacional de España, donde dejó impronta no sólo en labores rectoras y de producción. También en la creación de coreografías, como la que ha cerrado esta gala, “Mi Favorita”
Unos artistas jóvenes haciendo al público partícipe de su pasión, de su perfecta habilidad para dibujar figuras llenas de expresividad. Mezclando, desde el sentimiento más clásico, junto a otro innovador, desde la creatividad, que supuso para la danza Maurice Bejart, del que vimos una pieza conmovedora, como, “Cantate 51”. Unos artistas de la danza intuitivos más que técnicos, auténtica tierra de donde nace la mejor expresión.
Martínez, con ese talento innato en él, lo ha transmitido, no sólo planteando en cada uno de los ballets, nuevas fórmulas, acordes con la juventud con la que trabaja. Incluso, ¡Atención! Hay momentos donde el humor es pieza empleada, igualmente como aportación propia.
Lo típicamente clásico, con protagonismo de, George Balanchine, el francés, del que la Ópera de París era su casa, dando vida a su frecuente autor, Chaikovski, nos presenta, bajo la supervisión del director de la compañía, “Allegro Brillante”, en el que los jóvenes bailarines presentaron su buena técnica. Pero que tenemos que reconocer que ese tipo de ballet está obsoleto.
Otra cosa es volver a tomar contacto con una de las estrellas míticas de este Festival, al que tuve el gusto de conocer y aprender arte escénico de su maestro, Maurice Bejart. “Catate51” es una pieza divina no sólo por su categoría coreográfica. Desarrollada con música de Bach, refleja en su argumento la Anunciación del Ángel a María, resuelta en la noche festivalera, con una pareja principal, enorme de expresividad, mostrando a través de su estética, un hecho destacado de la cristiandad, a la que Bejart a través de los bailarines, apoyado, igualmente en el genio de Juan Sebastian Bach, expresa la parte mágica.
Bellísimo ballet el titulado “Réquiem por una Rosa”, original Annabelle López Ochoa. En el que el corazón toma protagonismo como enseña del amor. Con una solista y una rosa prendida en la boca, dando paso a todo el elenco, ataviados con faldas rojas. Música de Schubert, con entorno acústico de Almar Kok. Vivimos los latidos, que a su vez son entraña y seña del amor. Un buen espectáculo de danza que recibió los “Vivas” del respetable.
Un público que no escatimo premio al Ballet final, “Mi Favorita” coreografía del director de la compañía. José Carlos Martínez, el español, primera figura, que conquistó la capital de Francia, donde ha sido un mito. Potencial del que ha imbuido a estos jóvenes bailarines internacionales. Con esta coreografía, con una teatralidad desbordante, basada en diferentes estilos que va desde Petipa, pasando por Fred Astaire, sobre todo de este mito cinematográfico, hasta llegar a Nureyev, donde hay algo de todos los grandes. Aportando argumento y lo que pudiera ser marca de la casa, el humor. De ahí que haya destacado de entre los grandes Astaire.
Un elenco tremendamente joven en el escenario, con pasión desmedida. Tal es la entrega, que se produjo un accidente, esperemos no grave, de una de las bailarinas. Solo les falta, detectado solo en alguna ocasión falta de acoplamiento. Pero viendo el excelente espectáculo, estamos seguros, que alguno de ellos, pronto le veremos como estrella.