En apenas unos días, Santander ha registrado tres episodios violentos que han sembrado la alarma entre vecinos y hosteleros y han reabierto el debate sobre la inseguridad en la capital cántabra.
En el barrio de El Alisal, una reyerta entre dos grupos enfrentados, armados con “varas enormes”, provocó el miedo del vecindario. Los implicados se dispersaron por el pasaje del centro de salud, sin que la Policía Nacional lograra practicar detenciones.
Poco después, al día siguiente, la calle Amós de Escalante se convirtió en escenario de un suceso todavía más grave: un hombre recibió un machetazo en la cabeza tras perseguir a quienes le habían robado la cartera. Los hosteleros de la zona encontraron el arma blanca y una camisa ensangrentada entre sus terrazas, que quedaron destrozadas y manchadas de sangre.
En Atiliano Rodríguez, un joven de 28 años fue detenido este jueves por agredir con un palo a otro de 23, causándole una herida en la cabeza que precisó puntos de sutura. La pelea se habría originado por un conflicto económico entre varias personas.
Estos sucesos han encendido las alarmas entre los vecinos y han motivado la reacción política. VOX Santander denuncia un claro aumento de la inseguridad en las calles, señalando que estos episodios reflejan una deriva preocupante. Frente a ello, desde el Partido Popular se insiste en que la ciudad mantiene sus niveles habituales de seguridad y que no existe un problema generalizado.