El fracaso de los presupuestos ha destapado algo que el PP llevaba meses disimulando: la estrategia de comunicación de María José Sáenz de Buruaga es un caos absoluto. En vez de ofrecer explicaciones serias, el partido ha optado por difundir vídeos mal montados y dirigidos únicamente a atacar a Vox. Y el tiro les ha salido por la culata: sus redes sociales están llenas de mensajes negativos, reproches y rechazo generalizado a una campaña que parece más propia de un aficionado que de un Gobierno autonómico.
Mientras tanto, Buruaga insiste en repetir la teoría de la “pinza” entre Vox, PSOE y PRC. Una narrativa que se derrumba con un dato básico:las cuentas daban para un Gobierno PP–Vox sólido y estable, un verdadero cambio político en Cantabria.
Pero fue la propia presidenta quien eligió otro camino. Buruaga prefirió pactar con el PRC, un partido que arrastra un caso de corrupción en Obras Públicas, a cambio de sostener su investidura y permitirle gobernar en solitario.
Los regionalistas apoyaron los presupuestos anteriores sin ruido… hasta que decidieron dejar de hacerlo. Y ahora el PP finge sorpresa.
La realidad es que el Gobierno ha perdido el control político y también el comunicativo. No hay estrategia, no hay credibilidad y no hay relato. Solo una sucesión de ataques improvisados que agravan la crisis en lugar de contenerla.
Por eso, cada vez más cántabros lanzan el mismo mensaje: sin presupuestos, sin rumbo y sin una comunicación mínimamente profesional, Buruaga debería plantearse un adelanto electoral, aunque 2027 sea la meta obligatoria.





