Se prevé una desescalada lenta entre compañías y aeropuertos, con pocos asientos y sin vuelos europeos hasta julio.
AUNQUE NADA HA PODIDO CONFIRMARSE, es posible que el aeropuerto de Santander pueda retomar la actividad aérea entre finales de mayo y primeros de junio, si bien -insistimos- esta posibilidad aun no se ha hecho pública. No obstante, se prevé una desescalada lenta entre compañías y aeropuertos, con pocos asientos y sin vuelos europeos hasta el próximo mes de julio.
Según se ha informado sobre una posible «hoja de ruta» para la vuelta a una «nueva normalidad», Aena, la sociedad que gestiona 46 aeropuertos y dos helipuertos en España intentará recuperar el tráfico aéreo en tres fases, comenzando con los vuelos domésticos, luego las rutas con países de la Unión Europea y posteriormente, las conexiones al resto de países.
Además, ha puesto en marcha un dispositivo que establece protocolos para pasajeros y trabajadores. Desde junio, habrá desinfección constante de todas las instalaciones y las terminales y se garantizará el aprovisionamiento de mascarillas a los pasajeros.
HASTA AHORA
Desde los primeros días de abril, ni un solo avión, ni un solo pasajero ha llegado a Cantabria, unas semanas en las que el aeropuerto Seve Ballesteros ha mostrado una estampa ‘fantasma’ y que ha dejado en cero el tráfico de pasajeros, unhundimiento sin precedentes en la economía y el sector terciario de la región.
Las caídas masivas del tráfico aéreo han llevado amínimos históricos las operaciones de las aerolíneas europeasy en los aeropuertos europeos, poniendo en riesgo, incluso, la viabilidad de varias compañías.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo ya ha avisado de queEspaña se enfrenta a una caída de 114 millones de viajeros, que conlleva una pérdida de ingresos para las aerolíneas de14.300 millones de eurosy queestá al frente de la lista negra de países más castigadospor las restricciones de vuelos para contener la pandemia, seguido de Reino Unido, Alemania, Francia e Italia.
El inexistente tráfico aéreo ha dejado sin vida al Seve Ballesteros, que cada día veía partir y llegar a miles de pasajeros, para dársela al medio ambiente. Los nulos transportes aéreos, unido al descenso de los movimientos por tierra, se ha traducido en unamejora notable de la calidad del aire en Cantabria, con la reducción de contaminantes como el dióxido de nitrógeno, principalmente en Santander y Torrelavega, según datos difundidos por CIMA Cantabria.