El proyecto del aparcamiento de autocaravanas en Mataleñas es una muestra más de la desconexión del Partido Popular con lo que realmente quieren los santanderinos. Nadie duda de que la ciudad necesita orden y soluciones para el turismo, pero pretender levantar hormigón en un espacio tan sensible demuestra que el Ayuntamiento va por un camino equivocado.
Lo que resulta aún más llamativo es cómo la izquierda ha intentado apropiarse de esta causa vecinal. La concentración de este sábado congregó a más de un millar de personas, un reflejo de que la oposición ciudadana al proyecto es mayoritaria y transversal. Sin embargo, PSOE, PRC e IU no han dudado en acudir con sus portavoces a la cita para sacar rédito político de un malestar que no han generado ellos, sino los vecinos. Una vez más, convierten un movimiento legítimo de la sociedad civil en un escenario para la foto y la propaganda.
La prueba más clara de esa deriva se vio en la presencia de banderas de Palestina portadas por colectivos de extrema izquierda que poco o nada tienen que ver con el objetivo de la protesta. El mensaje contra el aparcamiento quedó contaminado por símbolos y discursos que buscan dividir y desviar la atención. Lamentablemente, la izquierda convierte una causa de Santander en una pancarta más de su agenda ideológica.
Frente a este oportunismo, VOX ha mantenido una posición clara: defender Mataleñas y denunciar que el proyecto es un error, sin manipular ni instrumentalizar el sentir de los vecinos. Mientras unos tratan de capitalizar políticamente el malestar y otros se empeñan en imponer un modelo equivocado de ciudad, sólo VOX ha demostrado coherencia en esta cuestión.
Mataleñas no necesita ni hormigón ni banderas ajenas a su identidad. Lo que piden los santanderinos es respeto, sentido común y que no se juegue con un espacio que forma parte su día a día.